Para empezar, me gustaría presentarte en profundidad lo que representa el nombre de este espacio educativo.

Academia significa: Akademos, inicialmente Hekademos, era un nombre griego formado por hekás ‘lejano’, ‘distante’ y demos ‘pueblo’, por lo que Akademos significaba ‘el que actúa independientemente del pueblo’.

La palabra educación tiene su origen en el latín educatio, que a su vez proviene del verbo educare, que significa criar, alimentar o educar.

Este verbo está compuesto por el prefijo ex- que indica ‘hacia afuera’ y el verbo dūcere, que significa conducir o guiar. Por lo tanto, etimológicamente, educación se refiere al proceso de conducir hacia fuera lo que llevamos por dentro.

Abrimos estos espacios desde la certeza de que somos seres completos, la encarnación de la fuente divina.

Desde esta mirada, no tenemos que aprender, sino recordar lo que ya somos.
Estos espacios son para estimular la consciencia interna, despertar el potencial innato que todos tenemos.

Creamos las condiciones para que la sabiduría interna se exprese de diversos modos.
Ya que no somos todos iguales, cada uno de nosotros llevamos una huella digital única que representa toda la síntesis de lo que hemos vivido en diferentes sistemas solares, en otras galaxias y, más allá, como seres cósmicos que somos.